La icónica actriz Diane Keaton, ganadora del Óscar por su rol en Annie Hall (1977), fue cremada el 14 de octubre de 2025 en Los Ángeles, California, tres días después de fallecer a los 79 años a causa de una infección de neumonía bacteriana primaria. La estrella, reconocida no solo por su interpretación en Annie Hall —donde encarnó a una mujer neurótica y encantadora que le valió el premio a Mejor Actriz— sino también por su estilo inconfundible de camisas masculinas, sombreros y pantalones anchos, murió el 11 de octubre en su residencia en Los Ángeles, según confirmó su familia a medios como People y NBC News.
El certificado oficial de defunción, al que tuvo acceso People, indica que la causa inmediata del fallecimiento fue una neumonía bacteriana, sin condiciones contribuyentes adicionales. Este tipo de infección pulmonar, causada por bacterias como Streptococcus pneumoniae, es el más común y tratable con antibióticos, pero puede ser fatal en adultos mayores, con alrededor de 41,000 muertes anuales en Estados Unidos, según expertos citados por NBC News. También se especifica que la cremación se realizó el martes 14 de octubre en un centro autorizado de la ciudad.
La ceremonia fue privada, con la presencia de sus dos hijos adoptivos, Dexter (adoptado en 1996) y Duke (adoptado en 2001), y algunos amigos cercanos del medio artístico, como la compositora Carole Bayer Sager, quien recientemente la visitó y notó su fragilidad.
No se reveló el nombre del establecimiento donde se llevó a cabo, pero fuentes cercanas a la familia confirmaron que fue una despedida íntima, sin acceso público ni cobertura mediática.
La familia Keaton emitió un comunicado el 15 de octubre a People, agradeciendo las muestras de cariño y confirmando la causa de muerte. En el mensaje destacaron el legado artístico y humano de Diane, su compromiso con la actuación —que incluyó colaboraciones icónicas con Woody Allen en películas como Sleeper (1973) y Love and Death (1975)*—, su estilo personal que inspiró generaciones de fashionistas y su rol como madre soltera dedicada.
El comunicado también sugirió donaciones en su memoria a bancos de alimentos locales o refugios de animales, reflejando su amor por los animales —evidenciado en su última publicación de Instagram, donde aparecía con su golden retriever— y su apoyo constante a la comunidad sin hogar.
Respecto a sus pertenencias, se informó que varias de sus camisas —parte de su sello estético, influenciado por el director Fred Astaire— fueron entregadas a sus hijos y a una fundación cultural con la que colaboraba desde hace años, como la American Film Institute, donde sirvió en la junta directiva.
No se ha confirmado si se realizará una subasta o exposición con sus prendas, aunque se espera que parte de su vestuario sea preservado como patrimonio artístico en museos como el Smithsonian o el Costume Institute del Metropolitan Museum of Art.
Desde el anuncio de su fallecimiento, múltiples figuras del cine han rendido homenaje a Keaton. Al Pacino, su coprotagonista en The Godfather (1972) y The Godfather Part II (1974), la describió como “una fuerza de la naturaleza con un corazón de oro”. Warren Beatty, con quien compartió pantalla en Reds (1981), elogió su “inteligencia y vulnerabilidad únicas”. Woody Allen, director de Annie Hall, expresó en un comunicado: “Diane era el alma de esa película y de tantas otras; su partida deja un vacío inmenso”.
Francis Ford Coppola, quien la lanzó al estrellato como Kay Adams-Corleone, escribió en Instagram: “Palabras no pueden expresar la maravilla y el talento de Diane Keaton. Endlessly intelligent, so beautiful… Todo en Diane era creatividad personificada”. Jane Fonda, su coprotagonista en Book Club (2018), la recordó como “una chispa de vida y luz, siempre riendo de sus propias locuras”.
La Academia de Hollywood confirmó que se le rendirá un tributo especial en la 98ª ceremonia de los Premios Óscar, programada para marzo de 2026, posiblemente con un montaje de sus momentos más memorables y un segmento sobre su influencia en el cine y la moda.
Diane Keaton deja un legado que trasciende la pantalla: de sus inicios en Broadway en Hair (1968) a su dirección en documentales como Heaven (2008), su vida fue un tapiz de excentricidad, resiliencia y generosidad. Su muerte, aunque prematura, cierra un capítulo en la historia del cine estadounidense.







