Para Anette Michel, su personaje de Roberta Castro en Minas de pasión, quien fue capaz de matar a su esposo, considera que le está dando la oportunidad de consagrarse como una primera actriz.

“Espero llegar a ese nivel de la manera más sana, quiero que deje huella”, dice Anette.

Michel considera que un papel como éste solo es posible hacerlo cuando se es una actriz con experiencia como ella, con sus casi tres décadas de trayectoria.

“Es la villana más complicada que he tenido en mi vida, tiene muchas emociones, es una mujer sumamente malvada y manipuladora; entre las emociones que realmente siente y las que finge es un sube y baja impresionante, yo acabo completamente agotada de las escenas de Roberta”, confiesa.

La actriz explica que lo más interesante de su personaje, es su origen: “Tuvo una infancia espantosa, fue una niña maltratada ya que sus padres eran alcohólicos y la golpeaban, la hacían pasar hambre y la prostituían, por eso cree que la vida le debe algo y se lo cobra”.

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Anette aplaude el nuevo perfil que están teniendo las telenovelas, uno en el que ya se tocan temas más fuertes como el acoso, la violencia de género, la violencia en la niñez y el empoderamiento femenino.

“Así es más fácil que el público se identifique”, explica.